lunes, 6 de julio de 2015

Los días pasan y ya no creo
la probabilidad tomó formas extrañas
y se clavaron en el cuerpo
carne desgarrada
sangres tornasoles inundaron los espacios
lo prolijo también.

Las sombras danzan canciones extrañas
esas que nunca escuché
esas que mi corazón
tarareaba en la noche
pero no quise escucharlas
no soportaba el ruido de la mentira.

Quizás me despido
como tantas otras veces
grité para espantarlas
lloré para sacarlas

Y cuando el día quiso estar despejado
¿la danza continuaba?
la duda no deja silencios
sonidos turbulentos
llegan
y se van
llegan
y se van
no quiero abrir la puerta
las escucho,
ahora escucho a mi corazón
se ha convertido en adulto
es tan alto que no puedo
dejar de escucharlo
si intento ignorarlo
me mira
hacia abajo
me mira
y me advierte
están golpeando

Ya no sé si te abriré la puerta.

miércoles, 1 de julio de 2015

Hijos de puta

Leo ¡Hijos de puta!
Como si eso fuera una gran ofensa.
Veo todos los días, trabajando al lado de una casa donde viven muchas de ellas, de esas putas, cómo la gente cruza la calle, hombres, mujeres, con sus familias, mirando con ojos reprobatorios, mirada despectiva y asquienta. Otros y otras miran con ojos miedosos, y así una larga lista de palabras que podrían significar la interpretación de esas miradas.
Siento rabia, mucha rabia, toda esa gente juzgando, accionando en contra de las muchachas, como si ellas tuvieran la culpa.
Hace unas semanas una de ellas comentó, siendo extranjera, que los clientes chilenos, le prometían, y prometían, les gustaba justificar sus acciones con palabras de promesa ilusoria, de promesa sin sentido, de cariño falso, quizás algunos las dicen sintiendo que es real, quien sabe, solo ellos.
Como si ellas tuvieran la culpa de este sistema, como si ellas tuvieran la culpa de que la sociedad se haya empecinado en aplastar al poder del placer femenino. Porque eso hacen, luchan contra la mujer que disfruta, la juzgan y apartan, la miran con desprecio, y utilizan ofensas para desprestigiar ese poder, poderoso poder de mujer, que no se ha rendido, que ha levantado también su mirada, mirada altiva de satisfacción.
Como si ellas tuvieran la culpa de que los esposos tengan el sexo que corresponde con la esposa, para luego quedar insatisfechos buscando realizar lo que no pudieron con ellas, por que está mal, ellas son respetables, a esas mujeres se les hace el amor, no se tocan con lujuria completa, esta es racionalizada y sentimentalizada, segregando la totalidad de lo que debería ser tener sexo.
Por esto, buscan y buscan y siguen buscando prostitutas, o amantes, que satisfagan ese enorme vacío animal que los reconecta con sus cuerpos, por eso las buscan, y a veces las aman, pero no, no pueden desayunar con ellas, no pueden pasear con ellas de la mano, no pueden tener hijos con esas, no pueden disfrutar bailando en lugares públicos, por que esas están sucias, son mujeres que no merecen su cariño, que no merecen respeto, que merecen que les den como caja hasta quedar sin respiración, pero no para casarse, no para convivir y compartir la vida con ellas, porque esas mujeres, que sienten, que se dejan llevar, que aman sexualmente, son putas, maracas, están llenas de rastros de otros hombres, que pasaron sobre o bajo ellas y pensaron lo mismo.
Sociedad patriarcal, aprobada por esas mujeres y hombres y niños y ancianos y todo tipo de gente, que aprueba que la mujer quede insatisfecha, que aprueba que la mujer sea golpeada, que aprueba que la mujer esté encerrada en la casa, que justifican los feminicidios, que aprueban tanta mierda. Que reprueba que la mujer sea una persona, reprueban que sea libre.
Es por eso que existen las prostitutas, para recordarnos quienes somos los responsables, porque todos somos responsables, todos y todas.
FIN <3 p="">

lunes, 25 de mayo de 2015

Que si me quieres, algún día,
sé que no será por mi bella sonrisa
tampoco por mis carnudas piernas
ni por mi piel limpia y tersa.
Quizá por mis ojos de mirada asesina
que busca la pequeña muerte cada vez que te ve.
Quizá por mi pelo revuelto, siempre revuelto,
las ideas salen por mi cuero cabelludo y causan fricción
en cada pelo erizado que cae en grupos de largas líneas escritas.
Quizá por el olor que moja mi cuerpo,
cuando camino, corro, cuando me muevo sobre ti,
cuando pienso en ti..
Quizá por las palabras fuertes y filudas y pegotes y livianas
que se escapan de mi boca,
quizá porque no sé callarme las injusticias
de esta vida subjetiva,
porque alego y alego y poco hago
porque no me alcanza, ni el tiempo ni el dinero ni la salud
para marchar con los míos
para ayudar a los míos
a los tuyos
a los todos
a los todes.
No me alcanza y por eso alego,
y no dejaré de decir
ni de llorar
ni de gritar
cuando sea necesario,
y a veces cuando no lo sea, y me equivoque.
Porque humana de pelo largo y quemado
y sudor de humana tengo
y dedos quemados gastados y a veces sucios
que de obrera quise ser
que quise/tuve
que ser
pero, con amor y alegría
soy,
con amor y alegría obrera que obra por obrar
y no va a ver obras, sino abros.
Quizá, quiero imaginar que algún día,
despertarás y me vas a querer por esos motivos,
no por otros, no por otros.

martes, 14 de abril de 2015

Papel

Corazones de papel
encuentro en mi camino
corazones de papel
vam marcando mi destino

Que duro tan duro puede ser
los papeles siempre cambian
que dificil la verdad
llevar entre los brazos y el alma

Muchas personas quedaron
al borde de la carretera
contruyeron casas de papel
que el viento llevara donde quiera

Las palabras en papel
y en la voz cuesta llevar
Las palabras y los hechos
tanto pueden regalar

Muchas historias por escribir
muchas historias por descubrir
Que quedará de todo esto
Lo recordaré, lo recordaré
Escribiendo en un papel

Dibujaré corazones de papel
para cuando necesite la memoria
de los buenos tiempos
Dibujaré corazones
en las mentes y en los cuerpos


domingo, 4 de enero de 2015

Verdad

Estos latidos parecen golpes, fuertes, golpes de puño,
que suenan como los mil tambores.
golpes de dolor y rabia y de sensatez,
de golpear con la verdad
mis adoloridas cavernas.

No hay ríos de lágrimas opacas
no hay palabras para ti.

Solo quedan los propios reproches...
La estupidez humana,
tan profunda y astuta
cuela y cuela y pasa desapercibida
entre tanto tumulto,
entre tantos sonidos,
entre tanto todo.

Un dolor cansado
que llega al clímax
del show,
para dar las últimas notas
desafinadas.

Yo lo quería?
No lo sé,
esa es la verdad.
Las hormonas me cuentan que sí,
el flujo mental me dice que no sé,
que tal vez no.
Espero adolorida,
esta vez tranquila,
las verdades que no se apresuran,
las espero resignada,
las espero sabiendo que es el final.